NACIONALISMO
Nacionalismo, durante la historia moderna, movimiento que considera la creación del Estado nacional como indispensable para realizar las aspiraciones sociales, económicas y culturales de un pueblo. El nacionalismo se caracteriza ante todo por el sentimiento de comunidad de un pueblo, sentimiento basado en un origen, un lenguaje y una religión comunes. Antes del siglo XVIII, momento en que el nacionalismo se conformó como un movimiento específico, los Estados estaban basados en vínculos religiosos o dinásticos: los ciudadanos debían lealtad a su Iglesia o a la familia gobernante. Inmersos en el ámbito del clan, la tribu, el pueblo o la provincia, la gente extendía en raras ocasiones sus intereses al espacio que comprendían las fronteras estatales.
Desde el punto de vista histórico, las reivindicaciones nacionalistas se generaron a raíz de diversos avances tecnológicos, culturales, políticos y económicos. Las mejoras en las comunicaciones permitieron aumentar los contactos culturales más allá de su pueblo o su provincia. La extensión de la educación en lenguas vernáculas a los grupos menos favorecidos les permitió conocer sus particularidades y sentirse miembros de una herencia cultural común que compartían con sus vecinos, y empezaron a identificarse con la continuidad histórica de la comunidad. La introducción de Constituciones nacionales y la lucha por los derechos políticos otorgaron a los pueblos la conciencia de determinar su destino como nación. Al mismo tiempo, el crecimiento del comercio y de la industria allanó el camino hacia la formación de unidades económicas mayores que las ciudades o provincias tradicionales.
La mayor parte de las naciones modernas se han desarrollado de modo gradual sobre la base de unos vínculos compartidos como la historia común, la religión y el lenguaje. Sin embargo, existen algunas excepciones muy llamativas como Suiza, Estados Unidos, Israel y la India entre otras. Suiza es una nación donde nunca se estableció un lenguaje o una religión comunes. Entre los helvéticos se encuentran católicos y protestantes; tampoco poseen un unidad lingüística ya que se habla francés, alemán, flamenco e italiano en diferentes zonas del país. El nacionalismo suizo apareció más que nada a partir del aislamiento en una región montañosa, del deseo de mantener la independencia política y de la rivalidad entre poderes imperialistas que se disuadían entre sí en su propósito de conquistar Suiza.
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